El vacío de un amor sin fin”
El vacío de un amor sin final no se llena con el tiempo, porque el tiempo no borra lo que una vez nos hizo sentir eternos. Ese vacío no grita, pero pesa en silencio; se convierte en un eco constante de todo lo que pudo haber sido. Aprendemos a convivir con la ausencia, a caminar con una herida invisible que nos recuerda que hubo algo tan grande que parecía infinito. Y, sin embargo, ese mismo vacío también nos enseña: a veces lo que creemos que nunca terminará está hecho solo para marcarnos, para transformarnos en alguien que sabe amar con más verdad, aunque duela.”
Ese vacío no grita, pero pesa en silencio.”