Cuando eliges amarte.
El amor propio es la llave que rompe cadenas invisibles: las de querer agradar a otros, las de sentir que nunca se es suficiente y las de depender de la validación externa. Amarse a una misma es levantarse sin pedir permiso para existir, es caminar con la certeza de que no se necesita aprobación para brillar. Ese gesto íntimo, muchas veces silencioso, es el primer y más poderoso acto de libertad personal.